Barco en Malta

Malta amores y odios. El tiempo de adaptación al cambio.

Hoy quiero hablar de un tema que es muy personal; pues la opinión que cada persona tiene de un lugar, depende intrínsecamente de su propia experiencia.

Mi tiempo en Malta. Ir y volver!

Para empezar les voy a contar un poco acerca de la preparación de mi viaje. La primera vez que vine a Malta, lo hice por alrededor de 15 días con la finalidad de buscar personalmente un instituto para estudiar inglés. Recuerdo que llegué en mitad de verano; cuando literalmente caminas dos metros y estas sudando. En esta época, el paisaje es básicamente la combinación de los muchos y espectaculares tonos de azul que tiene el mar y el color amarillo claro, de las rocas y de su arquitectura. Para mi fue llegar a otro mundo; pues yo estaba acostumbrada al verde de las montañas, el clima templado y a una ciudad completamente distinta visualmente hablando.

Pero cómo es Malta?

Malta es pequeña y pasas de una ciudad a otra en 10 minutos. Se me hace genial, cuando un Maltés te habla de su ciudad; pues ellos tienen esas delimitaciones claras en su mente. y no es lo mismo ser de Saint Julians que de Sliema.

Para los que no saben, Malta tiene una población que no sobrepasa los 500 mil habitantes; pero dicha población se triplica en verano, cuando turistas de todas partes del mundo llegan a la isla. Es especialmente en esa época, donde todo lo tradicional de la isla, se contagia de los muchos estilos de personas, atuendos, idiomas, culturas que tienen sus visitantes.

Esa primera percepción me gusto mucho, porque es un ambiente en el que casi es imposible que te sientas triste. Hay sol, mar, muchas actividades y lugares para pasar el día o disfrutar de una noche con amigos; es un ambiente realmente muy alegre.

En esa oportunidad yo recorrí completas 4 ciudades, visitando escuelas (Me perdí muchas veces, pues cometí el error de buscar las escuelas por la dirección y aquí es casi imposible encontrar algo así).Con ello, también hice un poco de turismo, aprendí a ubicarme un poco mejor y a conocer como funciona el sistema de transporte público.

Mi primera impresión fue buena; pero también debo decir que esperaba pasar en la isla solo unos meses; por lo cual, que no fuera muy grande no me preocupaba para nada.

Mi viaje definitivo.

Después de unos meses y con mi visa lista, pues para la época en la que yo viajé se necesitaba aplicar a la visa Schengen; regresé a Malta a estudiar. Fue a finales de noviembre, cuando el clima aún está muy agradable, ni frío ni calor extremos. Esas primeras 4 semanas las disfruté muchísimo, porque pude volver a mi vida de estudiante; no tenía la preocupación de un trabajo y caminaba 15 minutos hacía la escuela diariamente.

Odiando el invierno.

Cuando el invierno llegó fue un poco difícil para mi. Aunque yo no soy de las personas que aman el clima caliente, por primera vez descubrí lo que era sentirse triste sin motivo; aunque en realidad si había un motivo, llevaba como 3 semanas sin verle la cara al sol, salía hacia la escuela lloviendo, sentía que mi ropa nunca estaba seca y varias veces los carros también hicieron su trabajo… Fueron unos días en los que solo quería llegar a casa, poner la calefacción y comer algo rico, como chocolate (o cualquiera de sus derivado!). Cualquier día de invierno, vi un rayo de sol que daba justo en el balcón de mi apartamento y me senté en el piso a recibirlo, con un agradecimiento y un amor por el sol, que jamás me imaginé que sentiría.

En ese invierno no me gustó Malta, extrañaba mi ciudad de la eterna primavera; especialmente el calor de pasar navidad en mi tierra, con mi familia y amigos. Aprendí mucho en esos días y después llegaron las adaptaciones. También supe que ese había sido uno de los inviernos mas fuertes en la isla de los últimos años (Con razón!!!!)

Ahora los veranos no me parecen tan calientes ni los inviernos tan fríos; trato de disfrutar lo bueno de cada estación y cuando voy a mi país duermo muy poco. Me gusta aprovechar cada segundo que tengo para disfrutarlo; finalmente soy una turista de mi propia tierra.

Después les cuento algunas de esas cosas no tan buenas que uno vive y que casi nadie cuenta en esta experiencia de vivir en el exterior.

Sí quieren dejar comentarios o enviarme un mensaje contando  sus experiencias, son mas que bienvenidos. Saludos Desde Malta

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